...dense fog...



 Ahí voy...caminando...en alguna ciudad de Europa.

 Ahí voy caminando...fué ese el preciso pensamiento que tuve aquel día que dejé todo atrás, estoy caminando...lejos...
 Es invierno y noto el frío...nunca me ha gustado estar con mucha ropa en el invierno, me miro la chaqueta y luego a mis pies...si...los mismos, los mismos pies que llevan años soportándome...el mismo paso melancólico, el mismo sonido, la misma manera de besar el piso...la misma forma de acariciarlo. Han pasado años, y siempre cuando pienso en ello un escalofrío me recorre la espalda, me levanta los bellos de la piel y trazo una sonrisa al viento gélido...

otra vez caminando...

las calles parecen infinitas, pero me agrada, la soledad de los adoquines me recuerdan cuantas cosas tuve que pasar para estar precisamente allí. Miro hacia los lados y realmente no se ve algo más allá de mi nariz, me vuelvo a reír y me digo "aweonao", aweonao porque no se qué hago caminando a esa hora, con ese frío.
Pero algo me impulsaba a salir, son de esos momentos en que la ventana te dice que hay un mundo en el exterior que te llama para saborearlo sin importar como, simplemente tomar la chaqueta colgada en la silla, agarrar las llaves y abrir la puerta para caminar sin destino...y me siento libre.
Acabo de recordar que ésa fué la razón para salir, de cierta manera me hace uno con el mundo.
La gente y los enamorados abrazados en un frío día de invierno comienzan a nacer por las calles, me río por lo bajo y los quedo mirando cuando pasan por mis espaldas y con un suspiro pienso: "haaa...el amor".
Sigo caminando por las calles, una sensación de nostalgia me invade el cuerpo y aquellas anteriores sensaciones se van poco a poco..."y el mp3?", busco en los bolsillos pero mi salvavidas se quedó en casa, de mala gana lanzo un suspiro hacia el cielo gris y el aliento parece congelarse; paro de caminar, "ya fue suficiente". Me devuelvo por donde mismo había construído  mis pasos...las sensaciones vuelven a aparecer mientras voy mirando el piso, se me erizan los pelos y los escalofríos recorren mi espalda, los pasos hacen eco en la calle solitaria y, casi como milagro una sonrisa se me desborda.

Camino nuevamente, contando los pasos para entretenerme, pensando alguna locura, queriendo llegar a mi departamento...

"Lo bueno es que, aún queda camino"

y mi andar se duerme poco a poco, pero sin morir...en silencio, por aquella calle solitaria.

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