... Querida: ...






Querida:
Hoy no puedo escribirte nada, porque es eso lo que hay entre nosotros.
Lo que siento es una ilusión, no es más que una brújula clavada en mi cabeza.
En dirección antimagnética, Sin norte y sin presente.

Es como un mapa sin indicaciones.
Es una distancia que no te preocupas de sanar.
El que mira siempre soy yo, y jamás lo haces tu,
Intentas buscarme para posesionarte de mi,
Pero ya sabes que mi corazón es libre.
Que en el tuyo ya encontré una salida

Tengo rabia como el rojo ardiente,
Como el fuego crepitante del infierno,

Porque quien intenta soy yo,
Y como intento quedo como tonto queriendo salvar algo que no tiene principio.
¿De que me sirve hablarte por cartas?
¿De que me sirve darte cariño en papeles?
¿Para qué te sirvo?
¿Para qué me quieres?

Me siento egoísta es cierto, porque busco tu amor.
No hay palabras, no puedo obligarte.
Supongo que el amor debe nacer solo y soy yo el que está mal.
Ya no forzaré más este asunto, ya no seguiré tratando de ganarte.
Esta vez seguiré al pie de la letra las reglas de tu juego,
Pero haz de saber que fuera de el también ocurren cosas que no ves,
Y cualquiera de los dos se puede retirar, y cualquiera puede perder...
O quizás ganar...

Creo saber en qué terminará todo,
Pero sé que las lecciones vienen de grandes fracasos.
Quiero que sepas que no hay culpa, que cada uno hizo lo que su corazón le dictó,
Y quiero que por ultimo sepas que me gustas,
pero a distancia, no siempre todo dura para siempre.

Te toca jugar, porque yo ya lo hice...

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