No juzgo.



Cada uno es responsable por sus actos, cada uno es responsable por lo que hizo o dejó de hacer, cada uno sabe la causa que lo hizo actuar y/o el efecto que ocasionó.

"Bajan los ángeles, el cielo se levanta, el trono desciende con lentitud mientras las estreundosas trompetas tocan por sobre toda la tierra, que no son más que la representación del verbo, el anuncio de una nueva creación.
Se escuchan lamentos, risas, burlas...ecos de todos lados inundan cada rincón y entonces comprendo: son las voces de aquellos que ya fallecieron; buenos y malos, niños y adultos, demonios y ángeles. Todo confluye sin demora, sin espera a recibir el juicio que le corresponde.
Ya todo está hecho, todo está medido, cuantificado y cortado, nada se escapa porque todo está junto.

La verdadera traición del hombre no está en creer o no creer: está en no querer aceptar sus propios errores ni tampoco perdonar al prójimo.
En el juicio, todo tipo de existencia (por lo menos en la tierra) descansará y ese es el mayor premio, porque dentro de todo el amor siempre actúa.

Será la primera vez que veremos un ángel en carne y hueso, la primera vez que veremos a Dios...será la primera vez que hayamos conocido un amor tan incondicional.

El mayor castigo será precisamente el no ser parte de la unidad, será como quedarse sin padre ni madre, será quedarse en completa soledad...sin una palabra de aliento, sin una mano de ayuda, sin una muestra de amor."

Pero incluso a quienes se arrepienten, se concientizan, perdonan y piden perdón por sus actos, aunque sea en el último momento o más allá, podrán ser parte del aliento vital del universo...

Bendiciones.

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