Contrato y deber



"Yo te tuve porque quería tener a alguien por quien vivir"

Es probable que aquella sentencia haya marcado buena parte de mi infancia. Es muy probable que aquella sentencia haya hecho crecer raíces más profundas de lo que puedo imaginar. Es muy posible que aquella sentencia haya marcado mi problema con las mujeres. Es bastante plausible que aquella sentencia me haya cargado de una mochila tan inmensa que ya me pesa demasiado...y que por cierto ya no quiero cargar.


Yo tengo mi vida, soy otro ser...y no soy el pedestal de nadie. Todos tenemos derecho a crecer independientes porque, en cierto sentido, "somos libres". Si cada uno fuera la extensión de un otro, créanme que la humanidad no tendría la esperanza de progresar, de trascender, de mejorar.

Acepto aquel amor incondicional, infinito y sin barreras y doy gracias por ello. Doy gracias al universo y a Dios...

...Y gracias a ti, madre...

Tu ya tienes alas bastante grandes para volar sola, y yo soy lo bastante fuerte y sabio como para emigrar a otros horizontes.



Quiero mejorar y solucionar esto. Yo ya no quiero ese peso, esa labor, ese deber, ese contrato (que por cierto no me corresponde) sobre mis espaldas.

Poco a poco vamos desplegando las alas.



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