Serendipia



El amor jamás fue bueno. Mágico tampoco. Romántico menos.
El amor es cruel, el amor es rutina, el amor es repetir la penetración hasta ya no sentir pasión.

El amor es tragedia. El amor tiene gusto amargo. El amor es indefinible.
El amor jamás ha existido, así como la biblia creada por el hombre.

El amor es inalcanzable. El amor es de los dioses. El amor es un virus.
El amor no tiene remedio, es una condena permanente e intermitente.

El amor es una cadena que envuelve a dos personas.
El amor no es lo que usted piensa, tampoco lo que siente.
El amor tampoco es un tormento de hormonas.

Yo no estoy definiendo el amor, sólo estoy recortando como si fuera papel, aquello a lo que nunca la humanidad ha sabido si existe.

Contradictorio: hasta los científicos lo sienten, y jamás lo han podido pesar.

Nuevoluciones



Estuve revisando un viejo pasado, lleno de telarañas enredado en unas cuantas letras. Concluí que hubo un antes y un después: los escritos tenían cierta personalidad, tenían una cierta solidez, un cierto matiz.

Fue uno de los años que más escribí y hoy he perdido la práctica, sin embargo, pretendo retomarla. Tengo amigos que me dicen que soy un tipo demasiado disperso, pero cambiaría aquel concepto a diverso, y sí, porque tengo una especie de aforismo tatuado en mi frente que me hace creer que si uno como persona tiene talentos o quiere hacer algo en la vida, hay que realizarlos, desarrollarlos...es la única forma de entregarte a la muerte sin tener que derrochar una lágrima y podría apostar que no sería necesaria la clásica guadaña en la garganta.

He avanzado algunos de los pasos que tenía pensado en un pasado. Eso me ha puesto contento.